El veterinario juega un papel muy importante en la solución del comportamiento inadecuado de los animales de compañía. Estos problemas constituyen una parte considerable de los actos profesionales que se producen en una clínica veterinaria. Pero no siempre los clientes se quejan de los problemas de conducta de sus animales y visitan al veterinario sólo por salud física, quizás porque no saben todavía que su veterinario puede ayudarles a resolver este tema.
Recientemente los propietarios han tomado una mayor conciencia del problema, resultándoles la conducta de los animales de compañía tan importante como el estado de salud física. Los veterinarios tienen la responsabilidad social de atender y solucionar los problemas de salud de los animales, considerando tanto la salud física como la mental; es decir garantizar un adecuado bienestar de todos los animales. Para ello el veterinario se prepara con profundidad, para ser facilitador.
Los perros y gatos están considerados como los mejores animales de compañía para el ser humano, formando parte de la familia. Ambos poseen similares capacidades cognitivas, sin embargo los gatos no tienen la misma necesidad que los perros de establecer relaciones sociales con los propietarios demostrando de diferente manera su amistad. Debido a la constante relación con el ser humano, no es sorprendente que se puedan presentar problemas en el comportamiento de los animales de compañía que puedan alterar esta relación.
Los trastornos en el comportamiento de un animal pueden causar molestia a su propietario y algunas veces prefieren deshacerse de él, a pesar de que sea un buen amigo y compañero. Una de las principales causas del sacrificio o abandono de animales de compañía, son los problemas que les producen cuando alteran la conducta que, en ocasiones son de consecuencias importantes con la presencia de lesiones de consideración.
Cada vez son mayores los problemas de conducta que los propietarios de animales plantean a los veterinarios solicitando su ayuda para resolverlos. Cada año un gran número de animales son sacrificados a causa de los problemas de comportamiento, siendo esta una situación desafortunada para el animal, el propietario y el veterinario.
Dentro de la medicina veterinaria, la etología clínica ha sido definida como la ciencia que se ocupa del
diagnóstico, prevención y tratamiento de las alteraciones de la conducta, incluyendo aquellas que causan enfermedad. Para poder avanzar en este campo es importante un buen conocimiento sobre etología animal que nos ayudará a comprender más claramente porqué los animales de compañía se "portan mal", así como en la prescripción de un tratamiento del comportamiento. La etología animal (estudio científico del comportamiento animal en su ambiente natural) requiere la observación directa del comportamiento para desarrollar los etogramas (catálogo de comportamientos que caracterizan a una especie), y así conocer el comportamiento normal de las especies animales.
Trastornos del comportamiento
Un trastorno o alteración de la conducta puede ser consecuencia de un problema de salud (enfermedad subyacente), pero también puede darse el caso de que una conducta normal en el animal (ladrar) puede resultar indeseable desde la perspectiva humana. Es necesario, por tanto, tener un conocimiento de la conducta del animal para distinguir cuál de las diversas variables que influyen desencadena la conducta en cuestión.
Se deben seguir los siguientes pasos para resolver exitosamente los problemas de comportamiento de perros y gatos:
1. La historia clínica: La consulta comienza con una entrevista con el propietario con el fin de recopilar la mayor cantidad de información pertinente sobre el paciente y su posible problema de comportamiento.
2. El diagnóstico: Puede haber diferentes causas que ocasionan un problema de comportamiento. Antes de hacer un diagnóstico del comportamiento hay que descartar una causa médica. Después, discutir el pronóstico y opciones de tratamiento con el cliente.
3. El tratamiento: El tratamiento comienza con la modificación del comportamiento y la prescripción médica correspondiente. Aparte de mostrar al propietario las técnicas apropiadas, debemos estar seguros de que el propietario aplique estas técnicas sistemática y coherentemente. Si el propietario se compromete, las oportunidades para disminuir un problema son buenas.
Conclusión
Resolver un problema de comportamiento en el animal de un cliente, frecuentemente es un desafío. Uno de los desafíos de la terapia de comportamiento es encontrar las vías para aumentar la conformidad del propietario. La frustración comúnmente resulta a partir de un propietario que no es constante, no desde un animal que no responde al tratamiento. La resolución de problemas de comportamiento no debería verse comprometida por saltarse uno de los pasos discutidos arriba. Esto puede suceder por ignorancia o por querer ahorrar tiempo.