Los perros se expresan a través de sonidos, pero también pueden hacerlo mediante las posturas que adoptan en determinadas situaciones, que pueden informarnos acerca de su estado de ánimo. Veamos cuáles son sus propios códigos de lenguaje corporal, a través de los que intentan decirnos algo:
1. Postura dominante versus sumisa. El perro que pretende posicionarse como dominante intenta
parecer más grande y poderoso y su postura es erguida, con las orejas y la cola paradas y el pecho echado hacia delante. En ocasiones, puede erizar los pelos del cuello y el lomo para adquirir una aspecto más agresivo.
En cambio, el perro sumiso intentará mostrarse más pequeño e imitará el comportamiento de los cachorros. Su postura será agachada, con la cola batiente, e incluso puede llegar a lamer las manos o los pies del otro perro o tuyos.
2. Movimientos de la cola. Indican el estado de ánimo del animal de forma muy clara. El habitual movimiento de cola de un lado a otro expresa alegría, si mece la cola erguida y lentamente, en línea con la espalda, intentando comunicar su enfado, y si el rabo permanece bajo y entre las patas traseras intenta comunicar miedo.
3. Expresiones faciales. Los perros también se comunican mediante expresiones faciales. Las orejas erectas indican que está alerta mientras que, si éstas permanecen echadas hacia atrás pueden expresar placer, sumisión o miedo.
4. La mirada. Resulta fundamental en el lenguaje corporal, ya que un perro dominante someterá a los demás con sólo mirarlos y, en caso de confrontación, iniciará la retirada el primero que no sostenga la mirada de su adversario. Por esta razón, no es aconsejable mantener la mirada de un perro si éste tiene tendencias agresivas. Por otro lado, la mirada de confianza y cariño entre un perro y su dueño ayuda a fortalecer los lazos afectivos de la relación.