Hay una enorme variedad de juguetes que podemos ofrecer a nuestras mascotas para que se entretengan. Estos no solo sirven como diversión, también ayudan a que los cachorros dejen de lado los muebles, zapatos, objetos de plástico y otros elementos que no queremos que destruyan. Para evitar riesgos, te diremos qué cosas debes evitar a la hora de escoger un juguete para tu perro, tu gato o tu loro.
Siempre se debe tener en cuenta el tamaño y la fuerza de tu mascota. Por ejemplo, un juguete de látex puede ser seguro para un gatito o un perro pequeño y tranquilo, pero un Boxer o un Weimaraner son capaces de reducirlo a pedazos en cuestión de minutos y tragar partes que pueden causar una obstrucción intestinal. Busca juguetes que no tengan partes pequeñas que se desprendan fácilmente, como orejas, rabitos, chifles, etc. Si prefieres juguetes naturales, hay una gran variedad de mordedores de caucho natural y fibras de algodón.
Las pelotas son geniales y se puede jugar a distintas cosas con ellas. En este caso tienes que estar seguro de que es suficientemente grande como para que no pueda ser tragada ni tampoco quedarse atascada en la garganta de tu mascota cuando salta para cogerla en el aire. Hemos visto en la clínica un perro que tuvo una pelota alojada en la garganta por 2 días antes de que el dueño decidiera llevarlo a consulta por una extraña tos.
Las orejas o trozos de cuero secos son unas golosinas o juguetes muy apreciados por los perros. Lo único que debes hacer es prestar atención para retirarlos cuando se han puesto blandos para evitar que el perro se atragante con ellos. Si los dejas que se sequen se endurecen, se los puedes volver a dar. Tampoco le dejes los nudos de los huesos cuando ya se podría atragantar si los traga.
Los perros adoran los huesos naturales, pero éstos también tienen sus riesgos. Si le das un hueso, tienes que vigilar que NO LO TRITURE, porque las astillas que se desprenden son muy peligrosas. Hemos visto hemorragias internas e infecciones fatales a causa de una astilla que ha perforado el intestino. En general los huesos grandes de las patas de buey no se astillan tanto y son tan grandes que se pueden roer sin partirlos, pero siempre debes supervisar a tu perro si le das uno. También controla que la carne adherida no se eche a perder.
Muchos dueños les dan ovillos de lana a sus gatitos para que correteen tras ellos. En este caso el peligro radica en los hilos que pueden tragarse. El extremo de un objeto largo puede atorarse en la lengua o los dientes, mientras el resto sigue su trayecto; a medida que el intestino se mueve para hacer progresar el objeto, se va plegando sobre sí mismo (como en la cintura elastizada de un pantalón), causando una intususcepción que requiere tratamiento quirúrgico de urgencia.
Cuando escojas un juguete de madera o de cuero para tu loro, asegúrate de que no contenga pinturas o barnices tóxicos, bordes filosos ni puntas que puedan causarle alguna herida. Ten cuidado con las campanas, porque los loros y cotorras pueden arrancar y tragar el badajo con facilidad.
Seguramente encontrarás muchos objetos en tu casa que pueden servir para que tu mascota se divierta. Ten en cuenta estos consejos que te hemos dado a la hora de darle algo para jugar a tu amigo y así evitarás accidentes.
Si alguna vez tu mascota traga un trozo de juguete, consulta en seguida con su veterinario. No siempre será necesario operarlo, pero sí es importante hacer un seguimiento y estar preparado por si se produce una obstrucción.
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