lunes, 11 de noviembre de 2013

¿Cómo educar a tu gato?

Los gatos, desde que nacen, tienen cierto conocimiento instintivo, relacionado especialmente con la supervivencia; responden a ciertos estímulos, aún antes de abrir los ojos, así pueden bufar (soplar), chupar para alimentarse, agruparse con sus hermanitos para darse calor, desarrollar los sonidos normales del gato, incluso los gatitos sordos, desarrollar el deseo de curiosear y el sentido común, para distinguir un posible peligro. 

Además de este conocimiento instintivo, los gatos aprenden ciertas habilidades, que forman gran parte de su comportamiento, observando a los gatos mayores; actividades tales como los hábitos de caza son enseñados por la madre. 

Además de estos conocimientos aprendidos de la madre y otros gatos, los gatos también pueden recibir aprendizaje de sus dueños, siempre tomando en cuenta que los gatos aman la comodidad, el calor y la compañía, y que detestan el ruido, el agua y el frío, y además tienen que estar dispuestos a colaborar. 

Para cualquier enseñanza a un gato, debemos tomar en cuenta fundamentalmente que es un felino, y nunca tratar de darle las mismas instrucciones o esperar el mismo comportamiento de un canino. Los gatos se comportarán de acuerdo a su instinto felino, a veces muchos dueños esperan que se comporten de acuerdo a los lineamientos de un perro, y allí encuentran el primer gran problema. Un perro tiene el esquema de manada igual a los lobos, su instinto le dice realizar actividades grupales, completamente distinto al de los solitarios felinos. Y así como nunca esperaríamos que un perro aprendiese a ronronear satisfecho, no podemos esperar que un gato asuma aprendizajes propios de cánidos. 

A veces se pretende enseñar a un gato a ir de paseo sujeto con una correa y collar; los gatos no quieren ser
paseados. Esto es inaceptable para un gato, los gatos adultos no salen juntos, no hacen exploraciones juntos, no hacen nada en conjunto, y por lo tanto no está en su naturaleza ser guiado ni actuar como miembro de un grupo. El comportamiento de un felino es completamente distinto dentro de casa, y fuera de casa.
 

Se les quiere bañar; los gatos odian el agua, y son capaces de mantener su pelaje limpio, sin olor y peinado, con la acción de su lengua especialmente diseñada para eso. Cuantos propietarios de gatos insisten en bañarlos, a pesar de la lucha feroz que realizan, uno para bañarlo, el otro para no ser bañado. 

El gato no es un animal paciente como el perro que soporta resignadamente caprichos y humillaciones a los que a veces los someten los seres humanos. La paciencia del gato, sólo se manifiesta cuando se torna útil, por ejemplo, al acechar una presa, y por eso para educarlo, el proceso de enseñanza nunca debe ser con castigos, con lo cual sólo se logra desconfianza del animal y agresividad; la educación del gato sólo debe manejarse con la persuación del beneficio y el premio, en afecto y alimentos. 

Para educar a un gato de acuerdo a nuestro criterio, debemos hacerlo tomando en cuenta también el criterio de él. Un gato no tratará de hacer nada que le reporte fastidio o disgusto, siempre tratará de hacer lo que le sea beneficioso. Así que debemos acompañar la enseñanza de cosas gratas, y amables. 

Para el éxito de la enseñanza debemos mostrar cariño, paciencia, constancia, autoridad, repetición y premios, pero jamás castigos. Un gato no aprende como un perro, y jamás debe emplearse un tono elevado de voz, lo cual le inspira miedo o agresión, y le aleja de la persona que le trata de esta manera. 

El gato aprende a seguir haciendo cosas que se le enseñan mediante el premio y refuerzo cuando lo hacen, pero no aprenden a dejar de hacer cosas que no se quieren, como rascar muebles, castigándolo por ello. Para esto, hay que recurrir a pequeños trucos que el gato no relacione directamente con el dueño, tales coomo tirarle una pelotita de papel bien apuntada en el momento apropiado, un chorrito de agua o salpicarlo de agua. 

Los gatos pueden ser enseñados perfectamente a atender a su nombre, utilizar el arenero, abrir puertas,utilizar pequeñas puertas para entrar y salir (gateras), esconder comidas, coger cosas al vuelo, y muchas mas. También se les puede enseñar a no hacer ciertas cosas como afilar sus uñas en los muebles, cazar pájaros, etc., prohibiéndoles simplemente con un "No"suave pero enérgico, sin gritos, o un "Shhhh". 
El uso del su arenero, es un aspecto muy importante para el propietario, y esto lo aprende rápidamente el gatito desde muy cachorrito. Para esto se le pone con frecuencia en la caja, e inclusive puede hacer que él escarbe en la arena, ayudándolo nosotros guiando sus patitas. 

Jamás restriegue al gatito con su nariz sobre algún error cometido, pues es probable que entonces él tome ese lugar como servicio permanete. Sólo limpie el sitio muy bien, y felicítelo cuando lo haga en el lugar correcto. 

Enséñele a responder a su nombre, haga que lo relacione con algo bueno: caricias o alguna comida. El gato aprende su nombre en poquísimo tiempo. Para iniciar el aprendizaje de su nombre, llámelo antes de cada comida, de manera que pueda asociar el sonido con el placer de la comida, y además en ese momento acarícielo suavemente. ¿Quién puede negarse a atender rápidamente al llamado por su nombre? 

El gato tiene además una particularidad, que es capaz de "educar" a su dueño para que realice actividades que él desea, tales como abrirle alguna puerta o ventana, darle algo del refrigerador, abrirle un chorro para tomar agua fresca, salir al jardín, cambiar la arena de su arenero, y otras muchas enseñanzas que recibimos los dueños de gatos, y que conocemos perfectamente los que convivimos con ellos. 

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