Las técnicas de educación canina han
avanzado mucho a lo largo de los años y cada minuto que va pasando se avanza
más hacia una mejor convivencia con nuestro perro.
demasiado, ya que aquí era más utilizada la fácil técnica “de palizas” y “el por qué lo digo yo”, por desgracia a día de hoy aún hay adiestradores caninos que usan estas técnicas obsoletas y crueles. Menos mal que los tiempos avanzan y la sociedad se va dando cuenta de que con la violencia y el castigo no llegamos muy lejos, como mucho a someter a un animal por miedo, lo cual no nos interesa en absoluto para enseñarle o adiestrarle. Es obvio que ir en contra de las leyes de la naturaleza es darnos cabezazos contra la pared y pensar además que solo existe lo positivo también es antinatural, no hay positivo si no existe negativo, no hay un sí sin un no, y no existe el mal sin el bien.
Según las leyes del aprendizaje animal,
podemos afirmar que una conducta que reforcemos positivamente tiende a
repetirse y una conducta que no reforzamos tiende a extinguirse. Si tenemos claro este concepto de que
reforzando positivamente una conducta o una orden que ejecuta
correctamente nuestro perro, el perro asimilará fácilmente que esa
conducta u orden le llevará a una recompensa, premio o caricia, es decir a algo
positivo para él, y la ejecutara con sumo agrado cada vez que se la pidamos.
También tenemos que tener claro que los
perros por si solos ya saben sentarse, tumbarse, caminar a nuestro lado e
incluso venir hacia nosotros, eso sí, si ellos quieren, y todo eso lo saben
hacer por ellos solos sin habérselo enseñado nosotros. Ahora nuestra labor es
enseñarles a hacer eso que ya saben hacer por ellos solos cuando se lo pidamos
nosotros, es decir, le vamos a poner un nombre a cada uno de esos
comportamientos que ellos ya saben hacer como seria por ejemplo un “sitz”
cuando queremos que el perro se siente, y hacer que esa palabra “sitz” le
resulte divertida y le reporte consecuencias agradables para que así se siente
cada vez que nosotros se lo pidamos.
La educación
canina en positivo supone un
cambio de mentalidad, es decir, le prestamos atención a lo que queremos
que nuestro perro haga bien, en vez de estar pendientes de castigar lo que nos
gusta que haga.
Un educador
canino en positivo es un profesional formado y cualificado que aplicará estas técnicas del
positivismo en su trabajo, y en su quehacer diario, la educación canina en
positivo es un método innovador de las formas de trabajo que se han
llevado hasta el día de hoy con los perros, se ha implantado el término
educación canina en positivo. En la sociedad actual como mecanismo de concientización,
relegando y desplazando así la palabra “adiestramiento” pensando que el
“adiestramiento” era el remedio para todo lo relacionado con el perro,
cuando podemos decir que son perfectamente compatibles ambos términos aplicados
en positivo.
Al día de hoy el término positivo es
algo que debería de ser innecesario a dicho trabajo, ya que no deberíamos de
tener que denominarlos “educadores en positivo” ya que debe ser siempre positivo para la mascota.
En resumen, la educación canina en positivo es
un trabajo que ha de realizar un
profesional adecuado para ello, que ha centrarse preferiblemente en la educación temprana y la formación del propietario como base de su trabajo y que se ha de ejercer con mecanismos de aprendizaje positivos basados en las técnicas adecuadas a cada caso, a cada perro, a cada propietario y a cada contexto individualmente.
profesional adecuado para ello, que ha centrarse preferiblemente en la educación temprana y la formación del propietario como base de su trabajo y que se ha de ejercer con mecanismos de aprendizaje positivos basados en las técnicas adecuadas a cada caso, a cada perro, a cada propietario y a cada contexto individualmente.
El perro aprende día tras día y hay que
enseñarle siempre, por eso la importancia de enseñarle a su dueño a entender a
su can, para que el dueño sepa en cada momento que está disfrutando con su
perro que hacer con él, para ser aún más felices.
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