martes, 19 de agosto de 2014

La esterilización, mitos y realidades

La única manera comprobada en todo el mundo de controlar la población canina y felina es la esterilización y, por ello, es una de las piedras angulares -junto a la educación y la tenencia responsable- de cualquier programa que se intente poner en marcha para abordar, por ejemplo, el problema de los perros callejeros.

La esterilización consiste en un procedimiento quirúrgico la mayor de las veces ambulatorio y que no presenta problemas más que en un 0,5 por ciento de los casos.

Sin embargo, todavía  existen mitos en torno a este tema, mitos que no hacen sino retrasar y hasta evitar que el animalito sea sometido al procedimiento.

Algunos mitos sobre el tema:


1. El animal engordará
Al igual que con los humanos, la gordura en los perros depende de su alimentación y de que realice ejercicios. Luego de ser esterilizado se le debería disminuir en un 10 por ciento el alimento que se le da. También se deberían eliminar los "premios", como galletas o snack que se le dan. En el caso de los perros, sobre todo aquellos que viven de departamentos, hay que enfatizar los paseos.

2. Tiene efecto inmediato
En términos de reproducción es correcto, pues quedan inmediatamente estériles. Sin embargo, en cuanto a las conductas no lo es, pues en los machos las hormonas permanecen durante un tiempo en el sistema circulatorio, por lo que seguirán manteniéndolas en, por ejemplo, el marcaje de territorio. Respecto de las hembras, si son esterilizadas durante su periodo también puede mantenerse con el aroma distintivo del celo, el que tarda unos 10 días en desaparecer. Si ellas no están en celo el efecto será inmediato.
3. Se trata de un procedimiento peligroso
El  nivel de los profesionales hace que sea una cirugía segura y rápida, en la mayoría de los casos ambulatoria. 

4. Sufrirá por no poder reproducirse
Ese es claramente un mito, porque los perritos y gatitos se cruzan por instinto hormonal que desencadena el celo y la cruza, y luego el instinto materno también está motivado por una hormona, la oxitocina. Entonces, no existe entre estos animales lo que podríamos llamar una "vida afectiva y sexual". Ellos no tienen sexo por placer.

5. Sólo sirve para evitar que las mascotas se reproduzcan
Más que un mito, es un error, porque la esterilización sirve para muchas más cosas. Por ejemplo, en el caso de los machos ayuda a disminuir su agresividad, su actitud dominante y para que deje de marcar territorio. En materia de salud, ayuda a prevenir cánceres. En el caso de los machos, los de próstata y de las glándulas perianales; en las hembras, los ováricos, de útero y de mamas. Pero también en ellas ayuda a prevenir las infecciones uterinas, que son muy frecuentes. Hay que precisar que en el caso de las perritas, ellas no tienen lo que en las mujeres se llama menopausia, por lo que pueden reproducirse hasta una edad muy avanzada y no es raro que fallezcan productos de complicaciones en el parto, por lo que en la práctica su dueño terminará esterilizándola tarde o temprano, y siempre es mejor hacerlo lo antes posible.

6. Hay que dejar que la hembra tenga al menos una camada
Este es el mito más común y tremendamente arraigado en la cultura popular. No sólo no es cierto, sino que los libros de medicina dicen que las hembras deberían ser esterilizadas antes del primer celo. Un dato contundente en este sentido es que está demostrado que si se esteriliza a una perra antes de su primer celo, las posibilidades de que desarrolle cáncer cuando adulta es del 0 por ciento, y las posibilidades de que sufra de este problema va aumentando en la medida que se demora su esterilización.

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